Análisis Xiaomi 11T Pro: el móvil Xiaomi de la alucinante carga rápida de 120W #favoryto

Una de las dinámicas más perceptibles en el terreno de los móviles es la fuerte apuesta de las marcas por la carga rápida. El Xiaomi 11T Pro escenifica el salto del fabricante chino en esta vía de innovaciones por su carga ultrarrápida de 120W, la gran novedad que entraña un atractivo 5G con elementos reconocibles de la gama alta de la compañía.

El Xiaomi 11T Pro y el Xiaomi 11T, su hermano pequeño, se han convertido, junto al Xiaomi 11 Lite 5G NE, en los primeros smartphones lanzados al mercado internacional que lucen la nueva denominación aplicada por Xiaomi, desde ahora sin el clásico ‘Mi’. El modelo que centra este análisis cuesta 650 ó 700 euros según configuración (8 GB + 128 GB / 8 GB + 256 GB), mientras que el estándar conlleva un desembolso de 500 ó 600 euros.

El teléfono supone la puesta de largo de la Xiaomi HyperCharge de 120 W, con la que el gigante asiático se consolida como uno de los referentes dentro de la tendencia. Hasta la fecha los Xiaomi con mayor carga rápida eran el Mi 11 Ultra y el Mi Mix Fold, ambos con una de 67 W, escalón al que se suma el mencionado Xiaomi 11T.

Los 120 W posibilitan que el 11T Pro baje con contundencia de la media hora y recupere el 100% de su batería de 5.000 mAh en unos 17 minutos. Un dato alucinante que depara una enorme sugerencia al comprobarlo. Si las cargas de 60W ya vuelan, esta lleva la cuestión a otro nivel.

El recorrido en términos de carga rápida constituye el rasgo distintivo, hecho que no oculta que, en el fondo, Xiaomi se ha guiado por el continuismo en el resto de especificaciones, habituales en su rango premium. La circunstancia no rebaja en absoluto el aprecio suscitado, pero el ‘molde’ se detecta. Aquí aparece un ‘viejo conocido’ como el Qualcomm Snapdragon 888, el procesador del Mi 11, el Mi 11i y el Mi 11 Ultra.

La familiaridad se extiende al sensor fotográfico de 108 MP, alcance presente por ejemplo en los citados Mi 11 y Mi 11i y en el Redmi Note 10 Pro, al sonido Harman Kardon y al diseño del módulo y de la trasera, con un toque de identidad propia dentro de la línea estilística adoptada por Xiaomi en los últimos tiempos.

La plasmación resulta elegante, sensación por la que no importuna la facilidad con la que se ensucia (las huellas son la contrapartida del acabado mate brillante). Tampoco molesta que se note algo más pesado de lo esperado (204 gramos).

La experiencia premium fluye asimismo gracias a su pantalla plana Amoled de 6,67 pulgadas con resolución FHD+. Además de por la fluidez derivada de la tasa de refresco adaptativa de 120 Hz, el panel se caracteriza por los 480 Hz de frecuencia de muestreo táctil, el HDR10+, la tecnología TrueColor y la compatibilidad con Dolby Vision. Protegido con Corning Gorilla Glass Victus, incorpora una cámara para selfis de 16 MP.

La citada cámara principal de 108 MP se acompaña de una ultra gran angular con campo de visión de 120 grados (8 MP) y de una telemacro de 5 MP, composición de la que sorprende su desequilibrio en lo que a MP se refiere. En todo caso, el apartado de fotografía y de vídeo desprende recorrido al estilo Xiaomi, que pone el foco en los efectos cinematográficos y en las posibilidades creativas. Los 108 MP y la grabación en 8K y en HDR10+ simbolizan el poderío.

El Xiaomi 11T Pro se rige por Android 11 según la interfaz MIU 12.5. Su conectividad 5G soporta redes NSA y SA. No faltan ni la tecnología NFC ni los altavoces duales (audio compatible con Dolby Atmos) ni el emisor de infrarrojos. En contraste, no figuran ni el espacio para la microSD ni la toma de auriculares de 3,5 mm, elementos en extinción en la gama alta. Llama la atención que, a pesar del rango del dispositivo, el sensor de huella digital vaya en el lateral en lugar de integrarse en la pantalla. Funciona bastante bien.

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