Estados Unidos llegó este lunes a los 20,786,001 casos confirmados y a los 353,131 fallecidos por la COVID-19, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20:00 hora local (01:00 GMT del martes) es de 1.705 muertes más que el domingo y de 171,811 nuevos contagios.
El aumento de contagios y muertes es muy inferior al de finales de diciembre -cuando los casos diarios superaban los 250,000 y los fallecimientos los 3,000-, debido posiblemente a una mayor lentitud a la hora de informar de las nuevas infecciones como consecuencia del fin de semana y el festivo de Año Nuevo.
El estado de Nueva York sigue como el más golpeado del país por la pandemia con 38,599 muertos, seguido por Texas (28,551), California (26,665), Florida (22,090) y Nueva Jersey (19,225).
Otros estados con un gran número de muertos son Illinois (18,412), Pensilvania (16,335), Michigan (13,391), Massachusetts (12,610) y Georgia (10,971).
En cuanto a contagios, California suma 2,441,317, le sigue Texas con 1,826,572, tercero es Florida con 1,376,692, Nueva York es cuarto con 1,035,139 e Illinois quinto con 984,880.
El balance provisional de fallecidos -353,131- supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100,000 y 240,000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50,000 y 60,000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110,000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que cuando Trump abandone el poder el próximo 20 de enero habrán muerto 420,000 personas y para el 1 de abril 560,000.
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