Cuando la dermatitis atópica persiste en la adolescencia: "existe un elevado riesgo de ansiedad y depresión" #favoryto

El 27 de noviembre se celebra el Día Nacional de la Dermatitis Atópica, una fecha destinada a concienciar e informar sobre una enfermedad que afecta a un gran porcentaje de la población, de hecho, es la enfermedad cutánea crónica más común en el mundo desarrollado. Aunque se asocia sobre todo con la infancia (entre el 15 y el 30% de los niños la padece), la dermatitis atópica (DA) persiste en el 25% de los casos y puede afectar a entre el 2 y el 10% de los adultos. Según nos contó Marcin Kozarzewski, director de Área Médica de LEO Pharma Iberia, la adolescencia es, además una etapa delicada, tanto por los cambios que se producen en la piel como por las implicaciones psicológicas que tiene en esta etapa de la vida.

La dermatitis atópica se debe a una reactividad excesiva de la piel ante determinados desencadenantes ambientales, que pueden ser desde alergia o infecciones hasta xerosis, sudoración excesiva, fatiga o estrés emocional. Se incluye dentro de los cuadros alérgicos generalizados con predisposición hereditaria, pero para que aparezca influyen otros factores como los ambientales o alteraciones de las defensas o de la barrera cutánea. En los últimos, la incidencia de la enfermedad ha aumentado en los últimos años, al igual que ocurre con otras enfermedades en las que media la inmunidad, debido, “al menos en parte, a factores ambientales. Hoy en día vivimos en un mundo más contaminado con una mayor proporción de alérgenos frente a los cuales nuestro cuerpo se adapta peor. Por otro lado, también se están registrando más casos debido a las mejoras en el diagnóstico que permiten establecer de una forma más clara la prevalencia de la enfermedad y limitar el número de pacientes no diagnosticado o con un diagnóstico erróneo”, aclara Kozarzewski.

La adolescencia suele ser una época complicada para todas las enfermedades crónicas, y la dermatitis atópica no es una excepción. Y es que, a los cambios físicos típicos de esta etapa, que afectan a la piel, se una que durante estos años los pacientes suelen tener una menos adherencia a los tratamientos. Como cuenta Marcin Kozarzewski, “la piel no es ajena a los cambios que se producen a esa edad, que se caracteriza por un aumento de la actividad de las glándulas sebáceas. La producción de sebo es continua y responde especialmente a los estímulos androgénicos. Además, se activan otras glándulas como las glándulas sudoríparas, que condicionan, y mucho, la salud de la piel durante esta etapa de tantos cambios”.

Además, si ya de por sí la dermatitis suele tener implicaciones psicológicas, durante la adolescencia, todavía más, “existe un elevado riesgo de comorbilidades psicológicas, como la ansiedad y la depresión, por eso es imprescindible lograr que los pacientes no se sientan descuidados, incomprendidos y poco empoderados”. La falta de adherencia a los tratamientos también puede suponer un problema, pues al ser una enfermedad que cursa con brotes, “si un paciente adolescente se encuentra bien y no experimenta brotes, es probable que disminuya la adherencia al tratamiento. Eso es especialmente relevante para tratamientos preventivos que atenúan posibles complicaciones futuras de la enfermedad”.

Aun así, las perspectivas son buenas, pues, como asegura Kozarzewski, la mayoría de los casos de dermatitis se resolverán en la edad adulta, y “aquellos jóvenes que la sufren deben saber que 4 de cada 5 casos acaban superando esta patología. En este sentido, cobra todavía mayor importancia lo que recalcábamos anteriormente: la importancia de unos tratamientos adecuados y la actuación precoz pueden ser determinantes para superar la patología”.

Para hacer más llevadera la enfermedad, especialmente en el caso de dermatitis moderadas y graves, están surgiendo nuevos tratamientos, cada vez más eficaces y fáciles de aplicar. Es el caso de los llamados tratamientos biológicos, como Tralokinumab, de LEO Pharma, recientemente aprobado por la Unión europea, “el primer anticuerpo monoclonal humano de alta afinidad aprobado específicamente para bloquear e inhibir la IL-13, un regulador clave en los signos y síntomas de esta enfermedad”. Ahora, están a la espera que se apruebe también para adolescentes, pues, como nos contó Marcin Kozarzewski “ha alcanzado los objetivos primarios y secundarios de eficacia en ensayos de fase 3 en adolescentes de edades comprendidas entre los 12 y los 17 años con dermatitis atópica de moderada a grave. Estos resultados avanzan nuestra comprensión de este medicamento en adolescentes, muchos de los cuales a menudo luchan contra el impacto emocional y físico de la enfermedad”.

Esta compañía, además, con motivo del Día Nacional de la Dermatitis Atópica, ha colaborado con la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA) para lanzar DescifraD, una serie divulgativa sobre la enfermedad que, además de visibilizar el impacto de esta patología, tanto en la adolescencia como en todas las etapas de la vida.