¿Estás embarazada? Estos son los primeros signos #favoryto

Tanto si se está buscando el embarazo como si simplemente hay motivos para sospechar que es posible estarlo, la confirmación definitiva sólo pueden darla una serie de procedimientos como los test de embarazo (con una precisión del 97 al 99%). Sin embargo, incluso antes de que decidamos someternos a esta prueba nuestro cuerpo puede desplegar una serie de signos que pueden señalar en esta dirección.

De hecho, algunos de estos signos que son especialmente conocidos a nivel general son a menudo el motivo por el que muchas personas comienzan a albergar sospechas que les llevan a practicarse estos test.

Quizás la señal más conocida es la amenorrea, o la ausencia de período menstrual. No obstante, se trata de un fenómeno que puede llevar a cierta confusión, por lo que no debe ser tomado como indicador inequívoco.

Por una parte, porque la amenorrea puede tener muchas causas distintas del embarazo. De hecho, se trata de algo bastante común y especialmente en personas con ciclos menstruales irregulares.

Por otra, porque puede confundirse el sangrado por implantación con una menstruación, retrasando la toma de conciencia de que se ha interrumpido el ciclo menstrual. El sangrado de implantación, que no sucede en todas las mujeres, tiene lugar unos 12 días después de la ovulación (es decir, aproximadamente en los días en los que se espera la menstruación) y es una hemorragia ligera de corta duración (menos de cinco días) que se produce con el asentamiento del blastocito en el útero.

Más de la mitad de las personas experimentan, en las primeras fases del embarazo, náuseas que a menudo desembocan en vómitos y que se dan con mayor frecuencia e intensidad en las primeras horas de la mañana.

Este síntoma suele aparecer hacia la quinta semana de embarazo y se cree que tienen que ver con la producción de ciertas hormonas implicadas en el desarrollo de la placenta.

Por sí solas, estas náuseas tampoco deberían tomarse como señal certera de embarazo. En cambio, si van acompañadas de otros síntomas como fatiga, cambios en el gusto (y especialmente rechazo repentino a algunos alimentos), aumento de frecuencia urinaria, cambios en las mamas (mayor sensibilidad en los pezones, oscurecimiento de la areola) somnolencia, cambios en el olfato y cambios en el color de las mucosas vaginales, sí que se puede considerar que hay importantes razones para albergar estas sospechas.

Sea como sea, y como ya señalábamos, la certeza de que existe un embarazo sólo puede obtenerse mediante un test hormonal (recordando que aún así siempre existe entre un 1% y un 3% de posibilidades de que el resultado sea falso) y otras pruebas ulteriores (que sí que lo confirman definitivamente) como rastreo ecográfico transabdominal (en cualquier momento de la gestación) o la detección de la actividad cardíaca fetal (entre las semanas 19 y 20).