¿Qué es la enfermedad de Chagas? Estos son sus síntomas, sus causas y su tratamiento #favoryto

Antaño confinada a zonas rurales de América Latina, la enfermedad de Chagas es un mal potencialmente mortal que cada vez vemos emerger más a menudo fuera de su zona endémica, como un macabro ejemplo de los peligros sanitarios que conlleva la globalización.

La enfermedad de Chagas, o tripanosomiasis americana, es una enfermedad infecciosa causada por el parásito Trypanosoma cruzi. Puede ser aguda (breve y repentina) o crónica (mantenida en el tiempo) y presentarse en diversos niveles de gravedad, pudiendo llegar como decíamos a ser mortal.

El parásito, un protozoo, se encuentra en las heces de los insectos pertenecientes a la familia Triatominae (un tipo de chinches), presentes en América del sur, lo que explica su endemismo en estas áreas. La mayoría de estos insectos son hematófagos, lo que significa que pican a los humanos para alimentarse de su sangre, y crean así la puerta de entrada perfecta para el patógeno (que sólo necesita entonces que las heces o la orina del insecto entren en contacto con la picadura).

Otras posibles vías de contacto son el consumo de alimentos contaminados, por transfusión de sangre de donantes infectados, de madre a hijo durante el embarazo o el parto, por el trasplante de órganos infectados y por accidentes de laboratorio.

En su forma aguda, que normalmente se da al comienzo de la infección, la enfermedad de Chagas suele ser asintomática. En casos raros, puede aparecer una lesión cutánea en el lugar de la picadura (cuando ocurre en los párpados, algo que es habitual, se denomina signo de Romaña) y se pueden dar signos como fiebre, cefaleas, inflamación de los ganglios linfáticos, palidez, dolor muscular, dificultad para respirar y dolor abdominal o torácico.

En cambio, en su manifestación crónica (en la que el parásito se aloja en el músculo cardíaco y digestivo y en el sistema nervioso) se caracteriza por alteraciones cardíacas (principalmente arritmias y miocardiopatía), alteraciones digestivas (aumento del tamaño del esófago y el colon) y desórdenes neurológicos como la demencia.

Aunque los tratamientos contra la enfermedad de Chagas son pocos y relativamente poco eficaces, si se aplican a tiempo pueden marcar la diferencia. Concretamente, es importante empezar a tratar la enfermedad en la fase aguda y en la fase indeterminada o intermedia, lo que suele lograr que no se cronifique.

El enfoque pasa por el uso de medicamentos. En la actualidad, concretamente hay tres disponibles: el nifurtimox, el benznidazol (que controlan la enfermedad y evitan la cronificación pero no acaban con el patógeno) y el posaconazol (que se suele combinar con amiodarona y sí que extermina el parásito).