Mantener el trono de mejor calidad de imagen se le está poniendo cada vez más difícil. Reina de la tecnología oled, LG es muy consciente de que Samsung mejora sus Qled año a año, acercándose al negro absoluto y el contrastre perfecto, y sin renunciar a una potencia de brillo muy superior con unos colores y una imagen más vibrante. Con su hegemonía en entredicho, LG hace una clara apuesta por convertir sus televisores en el mejor panel para que los jugones disfruten de la nueva generación de consolas -si tienen la suerte de poder comprar una- o de un PC ‘gaming’ con lo último de Nvidia o AMD.
El modo juego de los nuevos televisores C1 de este 2021 deja clara la apuesta de los coreanos y da acceso a una completa paleta de opciones que permiten, por ejemplo, reducir el tiempo de respuesta del televisor y ofrece la posibilidad de reproducir imágenes en 4K HDR a 120 Hz. Aunque la mayoría de juegos de la actualidad de PS5 o Xbox obligan a elegir al jugador entre la calidad y la fluidez de la imagen, no cabe duda de que LG quiere que sus oled estén preparados para el futuro. El modelo C1 también es compatible con las tasas de refresco variables (VRR) de G-Sync y FreeSync.
Pero el mayor problema de los oled al usarlos para jugar está en las zonas oscuras. Estos paneles son los mejores a la hora de mostrar negros perfectos y delimitados, ya que pueden apagar cada uno de los píxeles que los conforman, pero lo tienen más complicado a la hora de salir de ese negro absoluto y mostrar los diferentes niveles de gris. Esto puede ser un problema en algunos juegos y, para solucionarlo, LG ha habilitado un sistema de estabilización de negros que permite a los más quisquillosos corregir esta gama y ponerla a su gusto. El problema no se corrige del todo, pero las múltiples opciones mejoran notablemente las posibilidades de personalización del panel.
Esta opción elimina por completo el 'blooming' (el resplandor que aparece alrededor de los objetos claros sobre fondos negros de alto contraste) pero a cambio ofrece un cambio más radical entre el negro puro y los distintos tonos de gris, perdiendo detalle en ciertas circunstancias.
Pequeño pero matón
El C1 está disponible en 48 pulgadas, un tamaño ideal para los que quieran convertir este televisor en un monitor para PC gigante. Por lo demás, el LG C1 sigue siendo el mismo gran televisor de los últimos años: probablemente la mejor tele para disfrutar de una película o serie en 4K HDR. Su sistema operativo es muy fluido, su mando a distancia se ha renovado y su diseño ultrafino sigue dejando con la boca abierta.
La nueva versión de Web OS sigue siendo una de las mejores del mercado gracias a su fluidez y sencillez de uso, a través del mando a distancia con sensores de movimiento que funciona como una barita mágica que mueve el cursor en la pantalla de una manera más ágil. Sin embargo, LG ha añadido pantallas con más opciones de selección y que ocultan el contenido cuando el usuario accede a los menús, siendo esta versión menos 'transparente' que las anteriores, algo que no gustará a todos los usuarios.
En definitiva, aunque los Qled 8K de Samsung vienen pisando fuerte, con mayor brillo y colores más vivos que ofrecen una imagen vibrante en entornos luminosos, la calidad de imagen del oled sigue siendo indiscutible, ofreciendo un resultado más realista y mejor, sobre todo, en ambientes oscuros. Además, las novedades del modo juego convierten al C1 en, probablemente la mejor opción para aquellos que busquen una tele para jugar.

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