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lunes, 20 de diciembre de 2021

¿Te estresa no saber qué regalar? ¿No te gusta recibir obsequios? Recomendaciones que te ayudarán a rebajar la ansiedad #favoryto

A pesar de que la incidencia de casos de coronavirus no ha dejado de crecer en las últimas semanas y de que la sexta ola marcará el devenir de esta Navidad debido a la expansión de la variante ómicron, los españoles han recuperado este 2021 los niveles de gasto prepandémicos. Según el último estudio publicado por la OCU a principios de este mes de diciembre el gasto medio por persona será de 641 euros (un 22% más que en 2020), del que la partida que se lleva la palma claramente son los regalos para niños y mayores de Papa Noel y Reyes.

Según esta encuesta a los españoles nos gusta dar y recibir obsequios. Solo en regalos, los encuestados prevén gastar de media unos 348 euros, que se reparten en 173 euros en regalos para niños (114 en juguetes) y 175 euros en regalos para adultos.

Sin embargo, no a todo el mundo le gusta hacer y recibir regalos. De hecho, hay muchas personas que lejos de disfrutar del proceso de buscar y comprar regalos acaban por agobiarse y otras que viven la situación de recibirlos con mucha ansiedad. ¿A qué se debe esto? Los expertos de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) Diego Redolar y José Ramón Ubieto arrojan luz sobre el asunto y nos explican por qué algunas personas disfrutan regalando y recibiendo presentes mientras que para otras resulta casi un martirio.

La primera cuestión que abordan es cómo reacciona el cerebro a ante estos estímulos y por qué, en general, los seres humanos disfrutan cuando reciben un regalo. "Cuando recibimos un regalo hay un doble beneficio: se activan las regiones del placer de nuestro cerebro (sistema neuronal del refuerzo) y también nuestro cerebro más emocional. Las estructuras críticas para el procesamiento de la información emocional se ponen en marcha, sobre todo la amígdala o la corteza prefrontal, más vinculadas a la cognición social", explica Redolar, neurocientífico y profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. "A los seres humanos y a los primates les gusta mucho sentir que alguien se ha preocupado por ellos”.

El experto también aclara que existe una diferencia notable entre recibir como regalo un objeto material o una experiencia puesto que producen un impacto diferente en la memoria de las personas. "Las cosas materiales se olvidan más rápidamente. Normalmente, una experiencia corresponde a una memoria episódica que tiene más connotación emocional. Esta memoria episódica depende del hipocampo, y lo que le da el significado emocional es la amígdala", señala Redolar, también investigador del Cognitive NeuroLab y director de la unidad de Neuromodulación y Neuroimagen del Instituto Brain 360.

Sustancias químicas de la felicidad

¿Qué sustancias químicas se ponen en marcha cuando se regala o se recibe un regalo? Principalmente cuatro: la oxitocina, la dopamina, la serotonina y las endorfinas. Por regla general, cuando las personas intercambian presentes se elevan los niveles de estas sustancias generando sensación de felicidad y bienestar.

La oxitocina, conocida como la hormona de la cognición social, nos ayuda a construir la confianza y desarrollar todas nuestras relaciones emocionales. "Abrazar, dar regalos o recibirlos es una manera de provocar que fluya esta hormona", señala Redolar.

Por su parte, proponerse por ejemplo encontrar un producto muy buscado para regalárselo a una persona y finalmente encontrarlo aporta al que regala una recompensa muy gratificante y hace que el cerebro libere dopamina.

Cuando una persona se siente importante, además, su cerebro libera serotonina: "Este neurotransmisor, relacionado con el control de las emociones, es considerado como una sustancia de crítica importancia para la regulación del estado de ánimo", apunta el profesor de la UOC. Por lo tanto, hacer un regalo a una persona es una manera de hacerla sentir importante y aumentar así su nivel de felicidad.

Por último, compartir actividades que nos gustan, como que dos personas vayan a buscar un regalo para una tercera a la que aprecian o recibir un regalo que uno no espera hace que se eleven de manera natural los niveles de endorfinas, una sustancia que actúa como analgésico natural y que también provoca sensación de bienestar.

Cómo gestionar la ansiedad de buscar o recibir un regalo

Pero, ¿cómo gestionar la ansiedad que puede provocarnos buscar un regalo para un ser querido o de recibirlo? Según el experto hay gente a la que genera mucho estrés no saber qué regalar a sus familiares y/o amigos. "La falta de información es la causante de este sentimiento", advierte Redolar. "Al ser humano, cuando tiene que tomar una decisión, le gusta tener información de contexto. Si no lo tiene, la corteza prefrontal se ve obligada a hacer un sobresfuerzo para decidir qué hacer, y esto puede generar esta ansiedad”.

Diversos estudios indican que las expectativas que se generan pueden convertirlo en una experiencia estresante. Cuando se da un regalo estamos en alerta y observamos si hay alguna pista que pueda indicar si la persona destinataria está satisfecha o no. Si no obtenemos la respuesta que esperábamos es posible que nos decepcionemos. Del mismo modo, el destinatario se puede sentir presionado para mostrar satisfacción, incluso si es un regalo que no quiere.

José Ramón Ubieto, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, explica que esta ansiedad se da sobre todo en aquellas personas que están demasiado pendientes del otro: "De si lo complacerán o no; y de aquí surge la ansiedad, de pensar en el hecho de no haber acertado", remarca.

¿Cómo se puede conseguir rebajar esta ansiedad? El experto ofrece tres recomendaciones con el objetivo de orientar en la búsqueda de un regalo y reducir el estrés. En primer lugar, arriesgar un poco e intentar encontrar algo que el otro no haga habitualmente. “Por ejemplo, regalar una excursión, una entrada al teatro, etc. Si finalmente no le acaba gustando, al menos se puede pensar que se ha ofrecido la oportunidad a la otra persona de descubrir una cosa nueva. Esto nos puede hacer sentir más satisfechos con nosotros mismos”.

También puede ayudar tener presente lo que es particular del otro. Lo que le interesa al otro no siempre tiene que coincidir con lo que a nosotros nos gusta. "Podemos arriesgar y regalar una experiencia nueva teniendo presente qué ámbito de intereses tiene. Quizás es una persona que no va al teatro, pero a quien le gusta todo lo relacionado con el arte", explica el psicólogo.

Ubieto indica que encontrar una persona a la que no le guste recibir regalos es menos habitual. En estos casos recomienda a quien lo recibe que se ponga en la piel del otro y que piense que lo ha hecho con la voluntad de sorprenderlo. "Se tiene que tomar el momento como un reto, como una novedad que puede disfrutar. Si realmente es una cosa que no le gusta, siempre se puede intentar cambiarla, y es una manera de aceptar el don del otro. Es decir, nos puede gustar el gesto de que nuestro hijo nos ha hecho un regalo, pero no el regalo en sí mismo”.



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