Una característica bastante particular de los trastornos del espectro autista es que muchos de los pacientes que los padecen tienden a mostrar una sensibilidad aumentada hacia el sonido. Cuando se ha investigado este fenómeno, la tendencia mayoritaria ha sido indagar en el cerebro.
Sin embargo, parece ser que la respuesta podría no estar en este órgano, sino más bien en el sistema nervioso periférico. Y es que un equipo de investigadores de la Universidad Médica de Carolina del Sur ha encontrado una cierta pérdida auditiva y daños leves en el nervio auditivo en un modelo preclínico de trastornos del espectro autista.
Sensibilidad amplificada a las señales auditivas
Más específicamente, detallan en el medio especializado Journal of Neuroscience, un examen exhaustivo del nervio auditivo reveló células de soporte anormales, llamadas glías, degeneración similar a la que produce la edad e inflamación. Estos hallazgos subrayan la importancia de considerar los órganos sensoriales y sus interacciones con el cerebro a la hora de entender este tipo de trastornos.
Estas conclusiones son concluyentes con trabajos anteriores que habían encontrado que la pérdida de audición relacionada con la edad podía provocar que el cerebro incrementase su respuesta a las señales reducidas como mecanismo compensatorio. De hecho, los autores estaban tratando de dilucidar si esta dinámica podía estar detrás de la sensibilidad incrementada en los pacientes con trastornos del espectro autista.
Para ello, crearon modelos preclínicos, modificando genéticamente ratones para que sólo tuvieran una copia funcional del gen MEF2C, lo que se sabe que provoca conductas y síntomas consistentes con los trastornos del espectro autista.
La importancia de los órganos sensoriales
En primer lugar, midieron la respuesta del cerebro a las señales auditivas empleando una versión modificada de un test que normalmente se emplea para medir la pérdida de audición en bebés recién nacidos. De esta forma, pudieron comprobar que efectivamente los ratones modificados mostraban una cierta pérdida de capacidad auditiva respecto al grupo de control.
Posteriormente, midieron la actividad del nervio auditivo, que lleva señales desde el oído interno hacia el cerebro y analizaron en detalle el tejido nervioso, encontrando daños similares a los producidos por la edad.
Lo destacable, no obstante, es que mientras que la respuesta del cerebro a las señales auditivas era sólo ligeramente inferior a la observada en ratones sanos, los daños en el nervio eran muy importantes. Esto implica que, efectivamente, el cerebro aumenta su sensibilidad como mecanismo para compensar este problema.
Aunque la relación entre esta pérdida auditiva y el trastorno no puede considerarse aún definitiva, estos investigadores creen que es ilustrativa de cómo ciertos trastornos sensoriales congénitos o en las primeras etapas de la vida podrían estar influyendo en el desarrollo del cerebro y, quizás, en la génesis de ciertos trastornos.
Referencias
Nathan McChesney, Jeremy L. Barth, Jeffrey A. Rumslach, Junying Tan, Adam J. Harrington, Kenyaria V. Noble, Carolyn M. McClaskey, Phillip Elvis, Silvia G. Vaena, Martin J. Romeo, Kelly C. Harris, Christopher W. Cowan and Hainan Lang. Peripheral Auditory Nerve Impairment in a Mouse Model of Syndromic Autism. Journal of Neuroscience (2022). DOI: https://doi.org/10.1523/JNEUROSCI.0253-22.2022
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