Después de sufrir un nuevo revés ante Estados Unidos, Jaime Lozano sabía que algo tenía que cambiar o el que pronto cambiaría de trabajo sería él. Así que el entrenador de la selección mexicana hizo lo que muchos le rogaban: darles oportunidad a otros jugadores.
Con un renovado elenco y las notorias ausencias de Guillermo Ochoa, Hirving Lozano y Raúl Jiménez, México se presenta en la Copa América 2024 con la misión de lavarse la cara por sus fracasos recientes en el pasado Mundial de Qatar 2022 y en la Liga de Naciones de la CONCACAF.
Hace 18 meses, los mexicanos firmaron su peor participación en una Copa del Mundo desde Argentina 1978 al quedar eliminados en la primera fase. En marzo pasado, el Tri volvió a perder ante su clásico rival Estados Unidos en el duelo por el torneo regional de su confederación.
Lozano, el segundo técnico luego del fracaso en Qatar con el argentino Gerardo Martino, ganó crédito al coronarse en la Copa Oro del año pasado, aprovechando que Estados Unidos y Canadá mandaron cuadros alternos. Pero eso se evaporó pronto con mediocres actuaciones.
La antesala de la Copa América añadió más sal a la herida cuando sufrieron una derrota 4-0 ante Uruguay, seguida por el revés 3-2 ante Brasil.
Lozano conoce muy bien de la presión por los resultados que asfixian al seleccionador mexicano, y su silla empezó a calentarse. Decidió “sacrificar” a varios líderes del vestuario, incluyendo a Ochoa, quien a él le dio el espaldarazo para que lo ratificaran como entrenador definitivo luego de la Copa Oro.
“Es más importante pensar en un proceso que en un resultado, queremos que no haya especulaciones con la gente que no ha venido. Todos están enterados del motivo de traer gente nueva”, dijo Jaime Lozano, quien explicó que personalmente habló con Ochoa, Lozano y Jiménez, además de Henry Martín, titular en Qatar 2022.
La derrota ante los estadounidenses fue dura porque México ha cedido el dominio de la zona que por años fue suyo y ahora no puede vencer a su vecino del norte desde septiembre de 2019, una racha de siete encuentros.
Con su decisión de dar oportunidad a jugadores jóvenes, Lozano silenció a las voces que le demandaban mover piezas a pesar de que el entrenador fue reacio a realizar un recambio generacional tras el fracaso en Qatar. Ocho de los 11 titulares ante Estados Unidos jugaron el último encuentro del Mundial ante Arabia Saudí.
“Estoy ilusionado y agradecido por la confianza de los dirigentes y el apoyo hacia mi decisión de construir algo aparte de lo que tenemos y estoy agradecido con la gente que no estará en la selección por su calidad personal. Los que no estarán y comúnmente están han mostrado apoyo y han aceptado”, añadió el entrenador.
Lozano dijo que a pesar de ir con un equipo en el que predomina la juventud, las expectativas de trascender son las mismas, pero falta por ver qué tan pronto se adaptan los nuevos jugadores.
“El tiempo pasa hay generaciones que están empujando fuerte y tienen hambre de pedir una oportunidad”, dijo el exjugador y capitán de la selección mexicana, Rafael Márquez. “El entrenador es joven y la Copa América será un parámetro importante a ver como se encuentra el equipo de cara al Mundial”.
México se estrena en Copa América ante Jamaica el 22 de junio, después se enfrentará a Venezuela y cierra la primera fase ante Ecuador.
De acuerdo con Duilio Davino, director de selecciones nacionales, pase lo que pase en el torneo continental, Lozano seguirá el banquillo hasta que termine el Mundial del 2026.
“Resulta complicado trabajar a corto, mediano y largo plazo si cada que se pierde se pide cambio de entrenador”, dijo Davino. “El proyecto no termina en Copa América o Copa Oro, tiene su corte de caja al final del Mundial del 2026”.
Para los mexicanos será su undécima participación en una Copa América, la primera desde la Centenario en 2016 cuando se despidió con una histórica paliza de 7-0 ante Chile por los cuartos de final.
El mejor resultado de México son dos subcampeonatos logrados en 1993 y 2001.
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