Gabriela Schloesser nació en México hace 30 años y aunque representó a su país en los Juegos Olímpicos de Río 2016, fue con Países Bajos con los que consiguió medalla en tiro con arco. Escuche cómo y por qué cambió de nacionalidad deportiva. Es una de las cartas del país de los tulipanes en París 2024.
“Hallo, mijn naam is Gabriela…Hola, soy Gabriela Schloesser, los invito a que sigan el tiro con arco en París 2024”, saluda entusiasmada la arquera neerlandesa de origen mexicano al micrófono de RFI.
RFI. Gaby son tus terceros Juegos Olímpicos, los segundos representando a Países Bajos. ¿Cómo ha sido ponerse ese color naranja, que no es el del país donde naciste, pero que es el del país que te acogió y al que representas?
Gabriela Schloesser: “Pues estoy muy feliz. La verdad es que me han recibido muy bien desde el principio, como que me hacían sentir que era como parte del país. La verdad es que todavía no me siento 100%, todavía mexicana, pero 40% neerlandesa.
La verdad es que estuvo para mí bastante complicado. En México somos muy orgullosos de ser mexicanos y se siente como esa vibra. Al principio la gente me preguntaba oye, ¿y por qué? ¿qué pasó? Y la verdad es que se sentía como si hubiera traicionado a la patria, pero no, pues la patria siempre la llevo muy adentro y estoy muy orgullosa de ser mexicana. Y también estoy muy orgullosa de representar a un país en el que vivo y donde voy a crecer mi familia.
Tu esposo, si me permites, es el neerlandés Mike Schloesser, el número uno del mundo en arquero compuesto. Además es tu entrenador. ¿Qué tan exigente es?
Es complicado porque está nuestra relación. Primero, nosotros como pareja nos tenemos que respetar. A él se le nota que me quiere apoyar. Hemos crecido demasiado, no solo como pareja, también como deportistas. Él me ha ayudado a ser mucho más competitiva, pero también a querer al deporte tanto como él lo quiere.
En Tokio 2020, realizado en 2021 por la pandemia de coronavirus, ganaste medalla de plata en la competencia por equipos mixtos junto con Steve Wijler. ¿Una medalla olímpica cambia la vida?
Yo creo que sí. La verdad es que yo siento que, obviamente, si la medalla hubiera sido para México, me hubiera cambiado la vida un poquito más. En Países Bajos es un poquito más normal.
Sinceramente me abrió muchas puertas. La verdad es que yo antes de los Juegos Olímpicos como que no sabía qué iba a pasar conmigo. En 2019 (año del cambio de nacionalidad) yo pensaba, ok, Mike tiene todos estos resultados. Mike puede seguir en el deporte mucho tiempo. Mike puede ser entrenador si él quiere. ¿Y yo que? Después de que pasaron los juegos de 2021, ya me sentí firme en mis zapatos y en mi línea de tiro. A mis 30 años todavía sigo disfrutándolo, todavía sigo queriendo más, sigo queriendo más resultados y la verdad es que sigo motivada. Me hace muy feliz.
El tiro con arco fue olímpico en 1900, justo aquí en París. Se disputó hasta en Amberes, Países Bajos, en 1920 y estuvo fuera del programa durante 52 años. Volvió para Munich de 1972. ¿Por qué crees que sigue siendo hoy en día un deporte olímpico de primera categoría?
Sinceramente es un deporte que es mucho más complicado de lo que la gente piensa. A mí como practicante, me da muchísimo orgullo ver a niñas, por ejemplo, en Países Bajos, hasta que yo llegué como que se empezó a desarrollar un poco más el deporte del lado de las mujeres. Para mí es un orgullo ver a las niñas, que, gracias a mí en los pasados Juegos Olímpicos, se inscribieron al tiro con arco y ahora están en algún club practicando este deporte. Yo empecé a practicarlo a los 12 años, en Tijuana, México.
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