Ramón Hernández es uno de los bates azules que más se ha destacado esta temporada.
Ahora mismo tiene una racha activa de siete juegos dando de hit (la más larga de la liga) y se ha embasado en todos los partidos de los Tigres.
Lo primero para él, está en Las Alturas.
"Dios me da la salud y la sabiduría para poder hacer mis ajustes", proclama el jugador que tiene una anotada en seis de los últimos siete juegos.
El resultado de estar bateando .333 y colocarse dentro del grupo selecto de bateadores de la liga, es llevarse de los consejos de los hitting coaches del Licey
"Tenemos tremendo staff de hitting coaches, abierto a ver los videos a ver qué estás haciendo mal y entonces cuando tienes una gente así tienes que aprovecharla, he estado trabajando mucho mi swing y se están viendo los resultados".
Hernández se refiere a Edgar Valera y José Umbria, quienes advirtieron que su swing estaba adelantado.
"Me estaba yendo un poco delante a los pitcheos, no estaba dejando que la bola llegara donde mi, los hitting coaches notaron eso rápido. Me preguntaron si yo estaba dispuesto a hacer los ajustes y yo les dije que sí y gracias todo salió".
Hernández reconoce que el grupo de Emilio Bonifacio, Dawel Lugo, Sergio Alcanzara, entre otros, ha sido clave para los campeonatos del Licey en años recientes.
" El núcleo se ha mantenido y nosotros nos conocemos, aparte de ser compañeros, somos una familia, no nos dejamos caer ninguno, eso es lo que tenemos que no nos creemos más que nadie y estamos dispuestos a escucharnos", señala Hernández.
De su accionar en México en el verano pasado, Hernández dice que: "Estuve Monclova, México, la liga ha subido de nivel, con los 20 extranjeros, hay muchas categorías de peloteros", finalizó Hernández.
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