MLB enfrenta la salud y asuntos financieros, pero hay flexibilidad

Las Grandes Ligas detuvo a tiempo el desarrollo de sus competencias, lo que envió un mensaje de la seria amenaza que simboliza el coronavirus.

Dos meses después se comienza a observar cierta flexibilidad en EE.UU. y eso, básicamente lleva a los equipos de Grandes Ligas a hablar del inicio de la temporada (se espera que sea en julio), aunque dos vallas de alto metraje deben ser superadas por MLB, como la salud y el aspecto económico.

El gobernador de Nueva York, Andrew M. Cuomo, dejó saber que la quinta región del norte del estado abrirá este viernes mientras las muertes por coronavirus van en picada, a menos de 200 para ser más específico.

Eso muestra una flexibilidad para el retorno de las Grandes Ligas, marcada por las diferencias económicas entre MLB y la Unión de Jugadores.

“No juego a menos que me den mi dinero”, declaró el ganador del premio Cy Young de la Liga Americana en 2018. “No aceptaré un recorte. Quiero todo lo mío”, dijo Snell en una transmisión en la red social Twitch el miércoles. “Ustedes también tienen que entender eso. Todos andan diciendo: ‘Hermano, juega por el amor al deporte. Hombre, ¿qué te pasa? El dinero no debe ser problema’. Hermano, estoy arriesgando mi vida. Estoy arriesgando mi vida. ¿Qué quieren decir con eso de ‘no es un problema?’ Lo es un 100%”.

Esa opinión particular mantiene distancia en alguna forma entre patronos y jugadores. Otro lanzador, Trevor Bauer, de los Rojos de Cincinnati, dispara desde su esquina, además de considerar que la repartición del 50-50 es “risible”.

“La petición es básicamente tomar más riesgo al regresar antes y cobrar menos de lo que ya acordamos. Ya acordamos aceptar ... un recorte salarial del 50 por ciento y ahora nos piden que tomemos otro recorte salarial”, dijo Bauer en un video que hizo público en YouTube.

Y también coincide con Snell. “(Una división de ingresos de 50-50) no me sienta bien. Pero si voy a tener que confiar mi salario para que Rob Manfred mercadee el juego para hacer más dinero para el juego, estoy fuera de eso”.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, abrió los brazos a los equipos de las Grandes Ligas y los otros deportes en su estado. “Todos estos deportes profesionales serán bienvenidos en Florida”. Aun cuando otros estados no están en esa condicipon DeSantis resulta hospitalario. “Entonces, lo que les diría a los comisionados de las ligas es que, si tienen un equipo en un área donde simplemente no los dejan operar, encontraremos un lugar para ustedes aquí en el estado de Florida porque creemos que es importante y nosotros sabemos que se puede hacer de manera segura”.

En tanto el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker pidió disculpas a los peloteros por entender, en un momento, que se aferraban a sus “salarios muy altos, durante un tiempo en que pienso que todos se están sacrificando”.

Este miércoles fue más apacible. “Quiero disculparme por dejar la impresión de que los jugadores de béisbol no tienen el derecho de negociar, de proteger su salud y su seguridad. Apoyo absolutamente eso, y debí haber dejado más claro eso”, dijo.

Ser precavidos será determinante. El protocolo de MLB, planteado a la Unión de Jugadores, pide evitar el saludo de manos “high-five” y escupir y tomar Uber a los parques, tampoco tomar implementos de los fanáticos para firmar autógrafos.

MLB se fija en la liga de Korea para tomar ejemplos de medidas.

Y es que aunque se garantice el dinero, el proceso de la reapertura de ese país será determinante. “Si no volvemos a abrir de manera segura, entonces solo veremos una mayor propagación de la infección y tendremos que volver a suspender el juego”, dijo a USA Today el doctor Vivek Murthy.

Nunca antes ninguna situación había provocado la interrupción o cancelación del mundo deportivo, como de otros escenarios.

La situación del coronavirus sugiere parsimonia, por lo que “es importante asegurarse de que nuestras ligas deportivas se abran de manera segura. Todavía estamos aprendiendo sobre este virus todos los días”, señaló el doctor.

Y añadió: “No hay nadie que tenga décadas de experiencia lidiando con este virus”.