Dominicana busca neutralidad de carbono para el 2050

Las autoridades de la República Dominicana se ha impuesto el reto de lograr que sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) se reduzcan tanto que logren asimilarse a la cantidad de este gas que es retirado de la atmósfera de la isla, alcanzando lo que suele llamarse neutralidad de carbono.

A partir de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y el Acuerdo de París del 2015, el país tiene el compromiso de una contribución nacionalmente determinada del CO2 del 27% para el año 2030. El presidente Luis Abinader recordó que a partir de ese año un 20% de esa reducción será condicionada por la cooperación internacional, mientras un 7% dependerá de los esfuerzos propios del país.

Dijo saber que esto no es suficiente, por lo que han acordado impulsar y aumentar progresivamente la ambición climática, fijándose como meta para el año 2050 el objetivo de la neutralidad de carbono”.

Abinader habló sobre la necesidad de que la recuperación de los países latinoamericanos luego de la pandemia tome en cuenta la sostenibilidad ambiental ante la vulnerabilidad de países como República Dominicana frente al Cambio Climático. El mandatario expuso en el marco del Diálogo de Alto Nivel sobre Acción Climática en Las Américas frente a los mandatarios de cuatro naciones latinoamericanas y los enviados especiales de Estados Unidos, Costa Rica y Barbados.

“Hemos elevado nuestra Contribución Nacionalmente Determinada a un 27%, atendiendo al grado de vulnerabilidad, pese a que somos uno de los países con menos emisiones de gases de efecto invernadero”, aportó Orlando Jorge Mera, ministro de Medio Ambiente, en una intervención posterior.

El propósito de este diálogo es generar alianzas y acciones tendentes a la reducción del cambio climático, integrado con la recuperación post-COVID-19.

En el evento virtual participaron los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; de Colombia, Iván Duque; de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada; y de Panamá, Laurentino Cortizo. También estuvieron la primera ministra de Barbados, Mia Mottley; el enviado especial para el Clima de los Estados Unidos, John Kerry; el secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres; la presidenta de la COP 25 y ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt; y el presidente de la COP26, Alok Sharma.

Financiamiento

El presidente Abinader enumeró algunas de las dificultades que tienen los países en vía de desarrollo, como la República Dominicana, para acceder a financiamientos y tecnologías verdes y para lograr fondos internacionales del cambio climático.

Se quejó de que “son muy preocupantes las amplias diferencias entre distintos países de América Latina, pero sobre todo entre los países desarrollados y aquellos en vía de desarrollo”, y consideró que esa realidad debe formar parte de la discusión sobre la recuperación del mundo luego del COVID-19.

El acceso a fondos internacionales de cambio climático para proyectos también presentan obstáculos para los países, de acuerdo a Abinader. Los procesos de aplicación son muy largos, con reglas y requisitos difusos, y requerimiento de especialización y capacidades técnicas “no existentes”.

Como alternativa a esas dificultades, Jorge Mera manifestó que el país ha optado por el uso de soluciones basadas en la naturaleza.

“Estamos diseñando una arquitectura de financiamiento climático nacional, estableciendo un plan estratégico a cuatro años, que canalice fondos internacionales y estimule la inversión pública para financiar la acción climática”, señaló el ministro.

Isla compartida

El manejo del cambio climático en la isla de Santo Domingo está relacionado con la República de Haití, país con que se comparte la isla. En ese sentido, Jorge Mera dijo que ambos países han acordado una agenda binacional, que se ha visto detenida por los eventos políticos y naturales ocurridos en la vecina nación durante los últimos meses.

La agenda acordada al iniciar el actual gobierno dominicano planteaba la gestión sostenible de montañas y cuencas hidrográficas transfronterizas, reservas de la biosfera y áreas protegidas compartidas, intercambio de conocimientos y capacidades técnicas en gestión de incendios forestales, ecoturismo, reforestación, cambio de uso de suelos y la promoción del uso de energías alternativas sostenibles.