¿Qué es la sarcoidosis? Estos son sus síntomas, sus causas y su tratamiento #favoryto

La sarcoidosis es una enfermedad que afecta a personas de todo el mundo, y que en algunos casos (eso sí, raros) puede llegar a ser mortal. Se trata de una condición compleja y rara que puede llegar a tener un importante impacto emocional, social y laboral para las personas que la padecen.

La sarcoidosis se define como una enfermedad granulomatosa sistémica. Es decir, se caracteriza por la aparición de cúmulos de células inflamatorias (granulomas) en distintas partes del cuerpo según el paciente.

Lo más común es que estos granulomas se den especialmente en los pulmones y en los ganglios linfáticos, si bien pueden afectar igualmente a los ojos, a la piel, al corazón y a otros órganos.

La causa de la sarcoidosis es desconocida, aunque la hipótesis más aceptada es que viene provocada por una reacción inmune a algún factor ambiental desconocido en conjunción con una posible predisposición genética. También se baraja que pueda derivar de una respuesta autoinmune a determinadas proteínas que se encuentran de manera natural en el cuerpo humano.

La sintomatología concreta va a depender del sistema afectado por la aparición de granulomas. Así, dado que lo más común es que se de en los pulmones y/o en los ganglios linfáticos, en la mayoría de los casos el cuadro se caracteriza por síntomas pulmonares (fatiga, tos seca, dificultad respiratoria, 'pitos' (silbidos al respirar) y dolor o presión en el pecho, solos o en conjunción con inflamación en los ganglios.

Si, por el contrario, afecta a la piel, los síntomas pueden incluir sarpullidos (por lo general en las piernas), úlceras en la cara, oscurecimiento o aclaramiento en la piel, y la formación de nódulos (bultos subcutáneos).

En su manifestación ocular, los principales síntomas son visión borrosa, dolor ocular, ardor o sequedad ocular, irritación, y en algunos casos la aparición de bultos.

Finalmente, si ataca al corazón, el paciente puede experimentar dolor en el pecho, dificultad respiratoria, desmayos, fatiga, arritmias, palpitaciones y edema cardíaco.

Adicionalmente, en los casos más raros en los que afecta a otros órganos (hígado, riñones, sistema nervioso) puede provocar un abanico amplio de síntomas variados (neurológicos, hepáticos, renales...).

Se da mayormente en personas que se encuentran entre los 20 y los 60 años de edad, y las mujeres sufren una incidencia levemente mayor que los hombres. Igualmente, también es más frecuente entre personas con ascendencia nórdica o africana. Los antecedentes familiares se consideran también un factor de riesgo.

A día de hoy no se conoce ninguna cura para la sarcoidosis, pero en la mayoría de los casos es autolimitada (remite por sí sola) y de hecho en muchos casos cursa de forma asintomática o con cuadros muy leves.

Cuando la afección reviste mayor gravedad, existen varios tratamientos con medicamentos que han demostrado eficacia, como corticoesteroides, inhibidores del sistema inmune, hidroxicloriquina e inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa.

Esto suele complementarse con tratamientos destinados a aliviar los síntomas, como pueden ser fisioterapia, rehabilitación pulmonar o implantación de marcapasos en las manifestaciones cardíacas.

Suele responder bien al tratamiento y, como decíamos, en la mayoría de los casos remitir al cabo de un tiempo. A pesar de ellos, pueden darse casos en los que se cronifique y/o no se experimente mejoría con el tratamiento. En muy pocos casos (cerca de un 1%) puede llevar a la muerte.