Cómo reconocer los norovirus, una de las principales causas de gastroenteritis #favoryto

Las gastroenteritis son un problema relativamente común en todo el mundo, aunque su gravedad depende en buena medida del grado de desarrollo del país en el que vive la persona afectada. Y, aunque normalmente tendemos a verlas como una única enfermedad, lo cierto es que son muchos los patógenos que pueden producir esta clase de cuadro.

¿Qué son los norovirus?

Los norovirus constituyen en conjunto un género de virus ARN, dentro de la familia Caliciviridae. Son responsables de aproximadamente un 50% de los brotes de gastroenteritis por intoxicación alimentaria que se producen en los Estados Unidos, y están presentes también en muchas otras partes del mundo, incluyendo Europa.

Se transmiten, fundamentalmente, a través del consumo de alimentos contaminados, aguas fecales o por el contacto entre personas. Una vez una persona se ha contagiado, producen un cuadro característico (el clásico de una gastroenteritis) si bien, afortunadamente, muy rara vez producen enfermedad grave; normalmente, el enfermo se recupera por sí solo al cabo de dos o tres días.

Para hacernos una idea, los norovirus provocan unos 685 millones de casos de enfermedad cada año, de los cuales unos 200.000 terminan con la muerte del enfermo. Habitualmente, los infantes (menores de 5 años) son quienes sufren mayor riesgo de enfermedad grave o muerte.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas de los norovirus son fáciles de identificar, ya que son los correspondientes a una gastroenteritis clásica. Con todo, no obstante, hay que recordar que son muchos los tipos de patógenos que pueden provocar este cuadro, por lo que si la enfermedad se agrava es importante buscar atención médica que pueda identificar cuál de ellos exactamente la está causando.

Así, la enfermedad por norovirus suele cursar con síntomas como náuseas, vómitos, diarrea líquida y dolor abdominal. Normalmente, estos signos remiten al cabo de entre 24 y 72 horas; son los niños pequeños, los ancianos y las personas inmunodeprimidas quienes tienen mayor riesgo de una progresión ulterior.

La principal complicación asociada a las infecciones por norovirus es la deshidratación y la ruptura del equilibrio electrolítico, tal y como ocurre a menudo en patologías que cursan con diarrea y/o vómitos frecuentes.

¿Cómo se trata?

No existe ninguna estrategia de tratamiento específica para el norovirus, por lo que el enfoque suele basarse en aliviar síntomas y en proporcionar soporte al paciente hasta que se recupere por sí solo.

Por ello, es importante, especialmente en las personas vulnerables, que se mantenga una ingesta frecuente de líquidos para reponer la hidratación y los minerales perdidos.