A lo largo de nuestra vida, es normal que nos aparezcan en la piel distintas manchas y anomalías por distintas causas. Mientras que algunas son mayormente benignas y no tienen grandes complicaciones, otras pueden ser síntomas de diferentes problemas de mayor gravedad, por lo que conviene aprender a identificar los diversos tipos de lesiones y sus posibles causas.
¿Qué es el molusco contagioso?
Una de estas lesiones es lo que se conoce como molusco contagioso. Pese a su nombre, se trata de un tipo característico de lesiones provocadas por una infección vírica (concretamente, por el virus molluscipoxvirus)
El molusco contagioso no es un problema grave, pero sí que puede ser difícil de eliminar y puede transmitirse de persona a persona y entre diferentes partes del cuerpo, por lo que es conveniente actuar contra él cuando lo detectemos.
Es especialmente común en la infancia, aunque también aparece ocasionalmente en los adultos (en este último supuesto, normalmente localizado en zonas cercanas a los genitales y como una enfermedad de transmisión sexual). Es más prevalente en personas con problemas inmunes, como pacientes inmunodeprimidos o personas con dermatitis atópica.
Se contagia normalmente por el contacto piel con piel o por el contacto con tejidos u objetos contaminados.
¿Cuáles son sus síntomas?
El síntoma del molusco contagioso son unas lesiones pequeñas (no mayores de 5mm de diámetro) redondas, en forma de bulto, de color rojizo o rosado y con un punto o hendidura en el centro. En los niños pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, mientras que en los adultos casi siempre se concentran en los genitales, el bajo vientre o la cara interior de los muslos.
Estas lesiones son indoloras, aunque pueden producir un leve picor que lleve a quien las padece a rascárselas, pudiendo llegar a hacerse heridas en ellas (lo que, a su vez, aumenta la probabilidad de que se extiendan a otras zonas del cuerpo).
El molusco contagioso no produce por sí solo ninguna complicación, e incluso tiende a desaparecer por sí solo (aunque para ello pueden pasar meses o años). El mayor peligro, entonces, radica en la sobreinfección cuando se rascan si se causan heridas sobre ellos.
¿Cómo se trata?
Cuando se desea eliminar el molusco contagioso, se puede optar por diferentes estrategias. Las más agresivas son el raspado y el curetaje (extirpación quirúrgica), la crioterapia (congelación) y el tratamiento con cantaridina (que provoca ampollas en la piel), pero también hay disponibles algunos abordajes farmacológicos menos invasivos (normalmente a base de pomadas) que pueden ser más adecuados para los niños.
Igualmente importante es prevenir el contagio en primer lugar. Las mejores maneras incluyen mantener una correcta higiene de manos, evitar tocar las lesiones si aparecen, no compartir objetos personales con una persona infectada, evitar el contacto sexual con personas infectadas (el preservativo no basta para evitar el contagio sexual, ya que no cubre todas las áreas que pueden verse afectadas) y cubrir con ropa las lesiones para evitar que entren en contacto directo con otras personas.
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